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Fiscalía Celeste, canos prematuros e informantes súcubos

La política en los medios cae del sitial central de los noventa a un lugar mas sano y mas modesto (*) y cada quien se lo toma como le afecta, la política real retorna a sus sitiales naturales de las organizaciones, sociales, sindicales y partidarias. Estoy diciendo que el sistema mediático hegemónico y concentrado que se estructuró en la Argentina a partir de 1977 se desmiembra a velocidades apreciables, y que las diferentes camadas de políticos y periodistas engendrados en estas forjas van reaccionando de manera diversa a la catástrofe.

Voy a ser injusto en el afán de rotular con alguna claridad, perdóneseme la grosería. Para empezar el “lanatismo” periodístico, que no quiere reconocer que fue instrumental al secuestro de la política de sus territorios y su reclusión forzada a los sets televisivos, resienten muy fuertemente estos cambios de la argentina siglo  XXI. Resultaba prometedor hacer carrera de estrella en una Argentina infecta de políticos corruptos, instituciones abyectas y una sociedad divorciada de toda organización y toda herramienta política transformadora. En esas junglas decepcionadas los jóvenes rutilantes del periodismo post dictadura tenían garantizado el buen pasar, el bien cobrar y el afamar. “Si. Tuve muchas chicas” reconoció el propio Lanata en una entrevista televisiva en un arrebato de misoginismo que creyó, por su impudor, a cubierto de su misérrimo patetismo. Sus epígonos no podían ser mejores, máxime si el negocio se acaba de una manera tan imprevista, justo cuando les tocaba a ellos. Por eso rezongan opiniones y eluden la información cuando les contradice el refunfuño.

Zlotowiazda, Montenegro, Tenembaum…lo mismo da. Una generación, más que un hato de nombres que puede serme hasta incómodamente extenso, porque incluye a algunos que patrullan de este lado del río.

Por su parte, la argamasa laborada en los sets nos dio la dirigencia política maquillada que se estrelló en la curva del 2001. Los nombres son muchos, pero sigamos con las prácticas caprichosas y elijamos a Carrió. Elisa Carrió, abogada chaqueña y fiscal de la dictadura, logró merodear las agonías de la política real del siglo XX con el respirador del alfonsinismo. Su militancia la tiene virgen de territorio, de comités y de cuerpo a cuerpo. Toda su dedicación fue la de construir el muñeco virtual que, en sus dos versiones (con o sin shampoo), todo el mundo conoce. Más no agotó allí su virtualidad, la extendió a su “imagen de”. Acusadora heroica, sagaz descubridora de corruptos, cruzada de la ética pública, alertadora de complots, vigilante impoluta de la moral pública, ese es su muñeco.

La tercera franja sucumbiente la constituye un grupo muy especial que logró con dotes anfibias pisar las playas del periodismo y navegar las aguas de los servicios de inteligencia. Aquí poner nombres se vuelve tan riesgoso como insignificante dado que la mayoría de estos agentes de recontraespionaje son cuasi desconocidos, pero pongamos Guillermo Cherasny, Juan Bautista Yofré, Rosendo Fraga, Carlos Tórtora, como para que no nos quede el renglón vacío. Siempre recuérdese que lo que importa es la descripción mucho más que el simple sindicar quiénes, que en este caso nos llevaría al mismísimo Daniel Hadad, hoy un curioso aliado de algunos hombres de gobierno pero que combate furibundamente la política del mismo gobierno en su totalidad y que sigue los lineamientos de polìtica internacional idénticos a los bajados por  la CNN siempre sospechados de provenir del departamento de Estado de los EE UU y la Sociedad Interamericana de Prensa.

El regreso de la política, el reverdecer militante, con sus impurezas y su realidad ha puesto las cosas más cerca de su lugar. El periodismo se extiende como derecho, como profesión y como militancia de la comunicación a favor de la expansión tecnológica y el rediseño del mapa mediático que opera la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Hoy no puede un Melconian o un De Pablo hacerte “fidelpintismo” económico por TV porque lo agarra un Mariano De Miguel o un Ivan Heyn  en una radio o en varias y lo deja metafóricamente “culo al viento”. Los mentirosos son hoy rápidamente descubiertos en virtud de la amplitud del sistema mediático y del protagonismo adquirido por lo que hace diez años atrás eran apenas  sus suburbios.

Así las cosas la Fiscal Celeste (ya que en tierra no obra ni un solo renglón, de una sola página, de un solo expediente, con un nombre o filiación o alguna prueba o indicio de alguna  cosa que involucre a algo o a alguien) se queda en lo que siempre debió haber sido evidenciado pero, a favor del rinde mediático quedó encubierto: un fraude.

El periodismo deberá volver al trabajo de anoticiar y evaluar hechos comprobables con aspiraciones de encumbramiento social más modestas y sabiendo que se trabaja al servicio de la opinión pública y no de las audiencias, que por cierto no son la misma cosa. Una pena para muchos haber envejecido tan prematuramente. En el mismo sentido, los operadores fronterizos entre la información pública y el espionaje deberán reservar sus actividades a ámbitos más recoletos ya que ha salido el sol para todos los vampiros de la información.

Al cabo de estos cambios, mejores periodistas y mejor política se anuncian para la próxima cosecha.

Tato Contissa, el Lunes, 22 de noviembre de 2010 a la(s) 10:46 ·

 

Hinchazones

“Pedraza está ahí nomás de Moyano y, por ende, ahí nomás de Cristina”. Jota Lanata.

Entre el 83 y el 89 se fue hinchando de inteligencia, más como la inteligencia debe crecer acompañada de otras encimas humanas que no se desarrollan en cuerpos con espíritus mezquinos, Jota Lanata se hinchó entre el 89 y el presente en sola pelotudez.

En tiempos de pobreza intelectual esas hinchazones parecen gordura, en tiempos de resuperación y recuperación del pensamiento social la inflamación solo ofrece la patética imagen de su tumefacción.

Tontera amoratada, silogismos elementales, veleidades resentidas, berrinches y envalentonadas de sets televisivos es lo único que ofrece este pobre fantasma de lo que alguna vez se prometió ser y jamás llegó a ser.

Me apena más una generación de pavos en cohorte que hoy se asombran de los que se supone es un cambio, una transformación, una  degradación en el caso más extremo. La verdad es menos sabrosa siempre, Lanata es un fraude, la falsificación de una ilusión colectiva de clase media, un porteño europeo más allá del bien y del mal, un irruptor en transgresión creciente, pero por todo ello y en consecuencia un tipo que, a pesar de las apariencias, es más boludo que gordo, más inútil que nocivo, más funcional que insurgente.

Ahora, lo que se dice daño…daño…es incapaz de hacerle daño a nada.

Porque de nada es gordo e hinchado de pura nada.

Se verà que no discuto el epìgrafe que encabeza este comentario. Es que a las hinchazones hay que ponerles hielo y a los hinchados…pena.

Tato Contissa, el Lunes, 25 de octubre de 2010 a la(s) 22:19 ·

 

 

Hoy estuve buscando

Hoy estuve buscando

Miré mi boca en el espejo

Hurgué en las comisuras buscando un nombre,

un beso,

una palabra joven y antigua

como jóvenes y antiguas son las marcas de la vida

los patios,

los recreos,

los árboles que humedecieron los abrazos.  

 

Hoy estuve tratando de traerte tironeada por tu nombre,

de la solapa del cuaderno invadido de poesías prohibidas

de segundos robados a las horas

de las horas robadas al colegio

Para poder aprenderte

Saberte

Y así saber de mí,

de lo que he sido

De lo que hizo que fuera lo que soy,

un poco,

un indicio,

una sospecha del hombre que se hacía.  

 

Hoy estuve preguntando por aquellos olores que tanto olían

por esos colores que apuñalaban las sombras en los ojos

y por los sabores que sabían a promesas

Y que habrían de cumplirse inexorablemente.  

 

Hoy estuve ordenando los cajones del alma

y encontré garrapateado de treinta años el poema perdido

el que llegué a creer que nunca había escrito

Y encontré

Y te traje

Y tuve las respuestas

Y ordené mi corazón  

Pude…porque el aire había cambiado

Porque la vida de la que somos escalones

trepa en las vecindades del invierno

como si fuese primavera.


(Este es uno de los poemas de pronta edición en un texto que se llama  «De Cajón»)

Tato Contissa, el Martes, 21 de septiembre de 2010 a la(s) 11:53 ·

Huella también pequeña

Encontré esta huella que no hace pie en nada que recuerde

No se parece a ninguna parte del camino

ni sabe a nada que la boca me guarde del pasado

La encontré perdida y sin apuro de extravío

Casi como si hubiese llegado

O como si nunca hubiese partido

La halle hablando muda de palabras escuchadas

y elocuentes de un idioma musical desconocido

Pude tocarla

Sentí que arqueaba el lomo como un gato ronronero

un terso y grato lomo combado de gato ajeno.

Me alejo un poco para que parta a su destino

Voy a seguirla con mi mejor ilusión planchada y perfumada

Con mi libro abierto de corazón en cuento

Entregado a esa marcha errática y feliz

Por el solo saber que va rumbo a tu encuentro.

Esa huella es pequeña y bella como vos

Y siempre te nombra

No la lastimes

Y dejala beber en el borde de tu sombra.

 

Tato Contissa, el Viernes, 26 de noviembre de 2010 a la(s) 19:21 ·

Intuición

No tengo ni llego al verbo que te tiene y no hay calle que me acerque

Sé que ese rincón tuyo es arco de mi esquina

Y que estos gestos tirados al aire andan buscando tus perfiles

No sé mucho más que eso

Que es todo lo que puede saber un beso que se sabe prometido

Venido del imperio y del vigor de la vida

Una perfección se tensa agazapada

Y sin saber tu nombre te hace amada para ser querida

Y espero

Con el alma quieta

Con la boca herida

Tato Contissa, el Viernes, 19 de noviembre de 2010 a la(s) 22:35 ·

La guerra de los cerdos

Bioy pintó la paranoia sufrida en el umbral de la vejez que produce la turgencia cercana de lo joven. Alguna vez sentimos eso. Después la vida, con sus promesas a cumplir que suelen cumplirse, desmiente la ferocidad de tales amenazas. Pero el relato y el atavismo quedan.

Quiero advertirles a los que pasamos los cincuenta, y a los de menos que no son sujetos ajenos a la mentira: hay un hato de hijos de putas que están envileciendo el simbolismo de lo joven porque, rendidos al sistema, lo perciben como un peligro y una inminencia de cambio. Estan en la TV, principalmente…C5N o TN…o América TV…no importa…están en todos lados.

Para ellos, no hay pibes militantes, pintores, poetas, laburantes, delegados, cirqueros, artesanos, músicos, diletantes, albañiles, vendemedias…solo hay pibes en pedo a la salida de los boliches.

Maldita mil veces la madre que los parió. Los mataron en los setenta…los hacen desaparecer de la realidad con virtualismo mediático en estas horas en las que sus seres nos son tan necesarios.

Cerdos…de una guerra que van a perder a favor de lo jóvenes que nos ponen los jóvenes de este tiempo nuevo de la Argentina.

Tato Contissa, el Viernes, 24 de septiembre de 2010 a la(s) 0:40 ·

La Hora de la Insidia

La muerte de Néstor Kirchner no ha mudado las desvergüenzas que buena parte de los líderes de oposición menearon durante los últimos dos años, solo las ha ocultado tras las pompas funerarias de los medios.

Algunos otros han agudizado la audacia al punto de hacer curiosas sugerencias fundadas en el presunto e inminente cambio de rumbo del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Desde la grosería del oportunismo hasta la más miserable de las especulaciones todo un amplio espectro de manifestaciones insidiosas plagan la hora del post mortem.

La presidenta se tiene que poner más amigable con los mercados ( Wall Strett Journal) bajar los decibeles de la confrontación y avenirse a mejores tratos con la Iglesia y el Campo (Rosendo Fraga), desprenderse del peligro sindical de Moyano ( C5N, progresismo no peronista, PO, La Nación) reequilibrar las relaciones con los EE UU en desmedro de la vinculación Chávez-Evo- Correa (C5N, La Nación, Ámbito ), virar en definitiva de manera drástica y por razones que se desconocen el rumbo político y económico del país.

En el interior del espacio oficialista (o hacia su interior para ser más preciso) algunos tramitan el certificado de nacimiento del Kirchnerismo como prolegómeno, imagino, a la certificación de defunción del peronismo (Véase la nota de Caballero en el Tiempo Argentino de este domingo) y al ingreso en el estado purgatorio de todos sus antecedentes gorilas.

Parece que la consagración del proyecto político del Kirchnerismo ( de un peronismo indiscutible hasta por los más necios) dada en la manifestación pública de los días 27, 28 y 29, no hubiese ocurrido.

La presidenta ya está en la Rosada y sabe, sin que nadie deba recordárselo, que la profundización de las transformaciones iniciadas en 2003 son de su propio cuño.

A las doce de esta noche, termina la hora de la insidia.

Un 17 para Cristina

 

Tato Contissa, el Domingo, 31 de octubre de 2010 a la(s) 22:07 ·

El Chancho Huacho

Tengo un miedo que no me genera la máquina de amedrentar que digita el sistema mediático concentrado y el periodismo hegemónico de la Argentina. Se trata de un paradójico miedo racional. Me ha costado construir ese miedo, arribar a esa sensación de desasosiego que me produce el imperio de la locura resultado del permanente divorciar que esos medios hacen de la realidad y su relato.

Ese es el modo de violencia simbólica que este sistema, hoy desesperado, opera sobre nuestra cada vez más disminuida capacidad de comprensión de la realidad.

No hay un solo indicador económico que explique, siquiera por el absurdo, la necesidad de aplicar políticas de ajuste. No obstante hay algo indecible que el gobierno hace o no hace (si, hace o no hace) que pareciera reclamar esas políticas.

Esa necesidad supuesta (y sin asomo de fundamento) se expresó en la última elección legislativa, aunque jamás haya sido dicha palabra alguna que permita relacionar ese resultado con la Economía.

La oposición dura de la Argentina no deja lugar para establecer lo malo en el hacer del gobierno cuando lo bueno arranca siendo sospechoso y por lo tanto horrible.

Los mercados reaccionan con precautorio rechazo a las variables que bien podrían ser alentadoras en un mundo con una economía en permanente tránsito de crisis.

Una derecha desvaída, que parece haber abandonado su viejo precepto de proyectar a los mejores, habla por las bocas intelectuales subalternas de sus máximos exponentes contemporáneos.

En una prueba más del imperio del contrasentido se menea la pobreza originada por las políticas de ajuste como una de las razones para aplicar el ajuste. La desigualdad social ahondada por la desaparición del Estado y de la política se remediaría con menos Estado y menos política. La distribución no puede ser el resultado de la equidad materializada en derecho sino de generar supuestas condiciones para una utópica abundancia que a su vez producirá un mágico derrame.

Como este “ideario” se sostiene fuera de debate y por la negativa, ya que la palabra opositora se centra en la crispación oficial, los modos y la metralleta de epítetos, no hay posibilidad de desenmascarar toda la aberración que subyace a ese discurso. De allí la mitad de mi miedo.

La otra mitad deviene de la experiencia histórica. Quien aparece como el número uno para liderar el cambio de signo político de gobierno, léase Cobos, no da garantías de poder sostenerse más de un año en una hipotética gestión de gobierno.

Es por eso que los líderes del núcleo duro compiten por decir la sandez más grande y posicionarse a puro desquicio. En estos aquelarres la desmesura se vuelve peligrosa porque el capricho y la imprudencia suelen dar muy malas mezclas.

Si saben que no podrán saciar sus apetitos pueden apelar a cualquier extremo siguiendo la metáfora campesina del chancho huacho, que lo que no come lo destroza.

De ahí mi miedo pensado y completo.

Tato Contissa, el miércoles, 21 de octubre de 2009 a la(s) 21:29 ·

La música es la vida que ha decidido sonar en todos lados

La música conoce nuestra historia

Ha modulado penas y sonado en las heridas

Ha hecho tintines en los tintines de la risa

y ha puesto prisa y freno

a lo bueno y sentido de la vida.

 

La música ha acompañado

pero también ha sido guía,

escuela,

de todo lo que adentro vuela.

con pluma de alma y ala colorida.

 

La música ha conseguido su lágrima y su beso

la excusa del amor que los cuerpos acuerdan en los cuerpos

y la nota final del muerto amado

La música trae pasado

y nos empuja a los soles cada día

La música es la vida

que ha decidido sonar en todos lados.

 

La música señera, veloz y lerda

marca de pueblo, de Nación y patio

Cuerda que tensa la batalla

y ata el reposo del amante

y hacia adelante nos empuja

con voz y con silencios que nos canten.

 

Tato Contissa, el Lunes, 22 de noviembre de 2010 a la(s) 10:26 ·

La victoria del río

 El río tiene, con ser muchos, todos los colores necesarios. Se mueve entre extrañas alegrías, pesares a la altura de los ojos, y canciones flameando de banderas.

La muerte, en tanto, tiembla en el cajón cerrado. Sabe, porque ya ha sido mil veces derrotada, que esa multitud viene a vencerla y a quitarle esos despojos que apenas ha podido retener por unas horas.

No la consuela sentir la carne corromperse, porque esas voces le gritan al cuerpo y lo estremecen, infundiéndolo de gestos vívidos y de antiguos movimientos. Las manos hachando el aire, los ojos mirando unos metros por encima del cielo, las voces engarzadas en toda la música posible.

La muerte, esa allí apostada y toda la otra muerte que es la muerte misma, tiembla en el tremolar de esa carne vivada por las multitudes, porque la memoria de otros muertos vitoreados le advierten que está siendo acechada por la historia.

Esos que pasan a su vera, tan cerca de su ser inexorable y tan alejados -sin embargo- de su garra, se parecen absolutamente a la continuidad humana de la historia.

La historia, una jurisdicción en la que la muerte no tiene derechos y sólo se limita a ser una nota de relato y el gesto pequeño de la vuelta de página. Allí, en la historia que anda, la muerte no tiene facultades, es apenas una pobre carroñera llevándose jirones de nada a su guarida sin memoria.

El río no cesa, y hace pesar esa insistencia en la quejumbrosa osamenta de la parca. Ese muerto se prolongará en otras vidas en una sucesión que solivianta el sueño de la eternidad humana.

La trascendencia es la ensoñación de esos animales ingenuos que somos los hombres y las mujeres de la historia.

Poseedores de un carácter común y un oído especial para las causas trascendentes, ese río se llama pueblo. Hay más aguas nuevas en el curso de tanta agua, es mayoritariamente joven la Argentina del río.

Una mujer posa su mano sobre ese cauce dolorido una y otra vez. Se moja en ese amor y se unge. Se hace cargo del dolor ajeno con la sola autoridad de su dolor.

La muerte está sitiada, acorralada entre esa mujer y el río, apenas un corifeo miserable ensaya cocoritas desdeñosas desde algunas mezquinas pantallas muy alejadas de la plaza.

La muerte no consigue ayuda, ni aliados, ni custodios, ni nada. El portento del río y esa mujer son demasiado para su gris menester. Un alma más que se queda en el río, piensa, un alma más para la historia, sabe.

Se aleja a sus otros trámites caminando hacia el otro río, disimulándose entre los afligidos corazones que mojan las orillas de la plaza.

La noche llega para que sea más bella la luz reflejada en ese obstinado río de amor. Amanecerá, más seguramente que nunca.

Ahora llueve.

Llueve, llora, el cielo llueve, el pueblo llora. El que sabe llorar sabe limpiarse los ojos para ver mejor el futuro. El río ha ocupado el centro de la historia.-


(Publicado por la Agencia Telam)

 

Tato Contissa, el sábado, 30 de octubre de 2010 a la(s) 12:42 ·