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Cambios que cambian y fortalecen

La reacción de los medios concentrados y del Canal de Miami C5N dan certeza sobre la pertinencia de los cambios operados en el gabinete de ministros por la Presidenta Cristina Fernández.

Claro que la presencia de Aníbal en la cúspide de ese gabinete es de central importancia, tanto como la apuesta a Boudou en Economía, pero yo no dejaría de prestar atención al hecho de que Jorge Coscia asuma en la secretaría de cultura de la Nación, hasta ahora bajo la gestión taxidermista de José Nunn.

Lo de Aníbal es más peronismo de lo que estos sectores pueden digerir, y los “nombres nuevos” que Longobardi esperaba para economía quedaron bloqueados.

Lo que más me alienta es que el gobierno se blinde ante la ola de aprietes que empezaron a manifestarse esta semana y que vuelva a la sana costumbre de marcar la agenda. Esencialmente por el proyecto, pero adicionalmente por la guarda institucional. Lo de Honduras es de temer, es un gesto mafioso global.

Un análisis un poco menos de trinchera podremos hacer mañana.

Me gusta che….me gusta!

Tato Contissa, el Martes, 7 de julio de 2009 a la(s) 21:04 ·

Como coló la inseguridad

Este es otro fragmento de Salven a Clark Kent. Editorial Corregidor. Abril de 2005.

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            Está el Blumberg de carne y hueso y está el otro, la construcción mediática, la medida canónica de los sectores medios que encontraron un dolor de identidad y una glorificación de sus temores.

La ideología de esos sectores, que atraviesa toda la sociedad, vertebra además la cultura de los medios.

Los medios piensan como la clase media, la gente en los medios es la clase media. El sentido común, para esta cultura, es el sentido “del común de la gente”. Y aún cuando el periodismo se siente (y se desea) ajeno a ese anonimato, no cesa de reverenciarlo en el discurso. Su adicción a las audiencias construye una demagogia suficiente para envaselinar la columna mercurial de los ratings.

Por eso uno y otro Blumberg se han convertido por un tiempo indeterminado en la piedra de toque de la referencia mediática. Pocos se atreven a rozar la túnica del nuevo tribuno. Un tribuno que no cesa de atropellar a las instituciones que desconoce y que ignora indeliberadamente.

Indeliberadamente porque la ignorancia de Blumberg es genuina, la misma ignorancia que los sectores medios mayoritariamente tienen sobre la cosa pública.

Pocos se atreven a contrariar al personaje. Casi nadie. Los periodistas más aventurados juegan al sosiego y al equilibrio, y hasta a la condescendencia ante cada infortunio verbal del nuevo santo.

Los griegos llamaban a quien se desentendía de la cosa pública: idiota. Una paradójica idiotacracia se apoya en el terror del periodismo a desafiar la caprichosa voluntad de las audiencias.

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Sintió la carga amenazante de la voz del contestador. Era una mujer, mucho peor para él. Con la pesadez admonitoria de una esposa defraudada, de una hermana beligerante, de una hija hastiada, de una madre abochornada ante la conducta del hijo.

– Después de eso que leyeron pienso cambiar de radio. Ustedes no tienen derecho a degradar la persona del padre de Axel.-

Se había tomado en serio la modalidad de los mensajes telefónicos al aire. Tanto que ya casi ni chequeaban lo que salía. De manera que la voz de esa indignación golpeó con furia inesperada.

Había tres cosas. La primera “cosa” era la cosa del temor. La sentía alrededor de los ojos, en el cuello, en los bronquios, como un sofoco. Era el temor a desaparecer por efecto de cambio de dial. Conocía esa condena, puesto que había vivido una vida de culpable. Una vida de decir lo que más le parecía, lo que más concluía, lo que se presentaba ante su conciencia luego de haber reunido datos, contrastándolos y finalmente reflexionado. Esa tarea siempre lo alejaba del sentido común y lo acercaba a su patíbulo. Se había entrenado para convencer, y para convencer había que argüir. Y argumentar era investigar, estudiar, trabajar. Le parecía escuchar la voz del Ruso haciéndole el favor de amigo de una condescendencia compasiva diciéndole mientras comentaba sus escritos:

-Qué manera de esforzarte por ganar amigos que tenés.-

Pero al Ruso le importaba más el amigo que el periodista (porque casi amigos ya no tiene)  y siempre terminaba mirándolo como quien mira el irremediable trayecto de alguien que acaba de caer por el hueco del ascensor.

Él en cambio, se obstinaba en sostener la forma del periodismo que no recordaba quién le había enseñado.

Supo tarde, cuando ya la modalidad se le había hecho hábito, que la tarea no era la de convencer sino la de coincidir, la de captar el temperamento de “la gente” y reproducirlo con fidelidad, la de halagar el oído del oyente, la de decir “lo que la gente quiere oír”. Y aún cuando tarde, cuándo tarde eso ya le era sabido, no lograba sino apenas aproximaciones y, como en ese caso, cuando el asunto lo desbordaba, cuando el resultado de su pensar se le volvía irrefrenable, volvía a contrariar al “soberano” y a recibir la condena.

La segunda cosa era que le tiraban a Axel por la cara. Le tiraban la poderosa y fantasmal figura del chico asesinado como la carga de la prueba. Lo inhabilitaban silenciándolo con la impronta de la muerte, con su indiscutible fatalidad. Lo ponían en ese lugar en el que el gesto condenatorio clausuraba todo pensamiento posible.

Ahora hijito mío tenés que sentir. Y sentir significa imbuirte del sentimiento promedio de la audiencia. Mutar extático al inconsciente colectivo en una relación que siempre te obstinarás en vincular con “el uno y el todo”. Muy oriental y muy a propósito.

La tercera cosa era la necesidad de una tanda, otro par de mensajes, un tema musical y un respiro. Había pecado de una inteligencia prohibida en el paraíso mediático. Dios estaba enfurecido, y muy dispuesto a escuchar la radio de Hadad.

Tato Contissa, el sábado, 9 de octubre de 2010 a la(s) 21:33 ·

 

Cultura de batalla para la batalla cultural

No estamos haciendo bien en declarar la batalla cultural sino sabemos como ganarla. Y peor; con quien. Y peor aún, sin saber con justeza contra quien se está librando.

El drama argentino contemporáneo es que los sectores más conservadores de la sociedad están atravesando por la ancianidad intelectual. Aguinis escribe muy mal como en el siglo XIX, Tomas Abraham lo aventaja en un siglo, y José Sebrelli escribe arrastrándose sobre las heces de sus viejos talentos, Santiago Kovadloff abunda con la vacuidad de sus impostaciones teóricas. Tal vez Sarlo, quien cuenta con una formación igual de enajenada pero más sólida, dispare alguna idea capaz de trazar alguna línea que se asemeje a los perfiles de la realidad argentina, pero rara vez lo logra. Una desgracia del conservadurismo que se vuelve desgracia para el progresismo, porque le implica pérdida de mensura, falta de cánones, ausencia de medidas para una comparación y, esencialmente, la contraparte de la dialéctica posible. Por eso habrá que hacerse de pensamiento propio, una vez más.

Como remedo o cabestrillo de estas deficiencias, un aparato periodístico versión módica de los mencionados intelectuales arrecia con sus diarias versiones homeopáticas de aquellos lineamientos. Sirvén, Morales Solá, Leuco, Eliaschev, Van der Koy.

Si la Europa que espeja sus brillos decadentes sobre estos personajes vernáculos está afrontando su peor crisis política (no económica) munida de la más ramplona dirigencia de su historia, resulta fácil colegir cuán desmerecidos son estos subproductos del colonialismo cultural de la Argentina.  Posan (remedando sus antecesores de mediados del siglo pasado) una nostalgia europea, abulias, melancolías, postraciones y sentimiento de frustración sobre una supuesta oportunidad perdida. Todo ahistórico, todo absolutamente demencial.

La clase social que alimentó este intelectualismo de living fracasó no por otra cosa que por el desmantelamiento del modelo económico asociado al imperio británico, que cayó en 1930 arrastrando los decorados de una Argentina virtual. No tuvieron proyecto propio, se les acabó el agua y ni siquiera eran dueños del caño. El peronismo no vino a destruir esa Argentina, como suele postularse desde diversas localizaciones ideológicas, sino a hacerse cargo de la Argentina que ellos fracasaron, claro que para eso debieron recluir todos los privilegios que ya habían pasado del plano de la injusticia al plano del absurdo. Y en eso consiste el hecho revolucionario del peronismo.

Sin embargo, la base intelectual del proyecto siniestrado pervivió. Aún pervive tras mutaciones siempre emparentadas con las variaciones operadas en el pensamiento europeo de la posguerra.

La marca que dejó la insidia sarmientina es muy profunda. Es la enajenación como escuela. Para los griegos el bárbaro era el extranjero, para el maestro sanjuanino el bárbaro era el hombre del país. Colocado lo indoamericano en el plano de la zoología, y calzado el sistema de la autodenigración con el modelo colonial dependiente, la reproducción del modelo de pensamiento sigue asegurada aún en este siglo nuevo.

Mientras que Withman hacía la alabanza del hombre de la pradera norteamericana, aquí el padre del aula abominaba del hombre del país en la demonización del Facundo.

De esa madera salen las astillas de la xenofobia diaria que estremece por su impudicia en las pantallas de la televisión.

Lo peor es que, como se trata de un sistema de prejuicios, no hay razón que les entre y no hace falta de su parte más que una puñado de necedades sostenidas desde un sentido pretendidamente común.

Por eso un discapacitado político como Macri representa al idiota* de clase media argentina con exactitud. Tilingo por empobrecimiento intelectual, sórdidamente peligroso como todo burgués asustado pero dueño de una capacidad de cálculo material que duplica esa peligrosidad.

Contra qué peleamos?. No contra esto. Esto no tiene remedio.

El país necesita reconstruir se propia imagen y esa es una tarea ardua y grandiosa. Hay que construir en la escuela, en los medios, en el Estado, en la calle, en la música, en la literatura, en el cine, en el teatro. Hay que hacer ver la Argentina haciéndole ver sus ojos a todos y cada uno de los argentinos.

Por eso habrá que hacerse de pensamiento propio, una vez más.

Tal vez una milonga, como receta a menudo Dolina, sea más efectiva que un tratado descriptivo de tanta medianía. Pero hay otras milongas que deben componerse en la realidad de los argentinos antes que se concrete la amenaza de su empobrecimiento espiritual. 1) Las Universidades Nacionales tienen que proyectar la formación de recursos humanos para el nuevo Estado argentino. Esto demanda entre cinco y diez años.

2) Los suburbios del sistema mediático tienen que asumir la centralidad que como oportunidad les ofrece el nuevo sistema legal. La “otra palabra” no puede hacerse esperar. 3) Las organizaciones sociales y las organizaciones libres del pueblo deben encontrar en el Estado un respaldo para recomponer el tejido social asolado por las políticas conservadoras de los noventa. 4)Los sindicatos deben reforzarse institucionalmente para participar activamente en la construcción del nuevo modelo. 5)Y si hubiere un empresariado nacional dispuesto a acompañar en la tarea, cosa que siempre dudo dada la penosa historia de entreguismo colonial  y traición de la burguesía argentina, el proceso lograría gran celeridad.

En síntesis, cuando hablemos de profundizar el modelo, hablemos de esto porque de lo contrario estaremos hablando de nada. El gobierno Nacional y Popular de CFK ha liberado las mejores fuerzas de la Nación. Llegó el momento de estructurarlas y encausarlas para la felicidad del pueblo y la grandeza de la Patria.


 * Uso el concepto “idiota” no en su extensión insultante sino en su acepción etimológica. Los griegos llamaban Idiota al que se desentendía de los asuntos públicos.

Tato Contissa, el Martes, 18 de enero de 2011 a la(s) 14:39 ·

 

De manual y de película

Salgan debajo de las piedras, es hora de irse, de tomarse el palo, no pueden seguir medrando con la inmovilidad que produce la tristeza. Porque la tristeza del pueblo es lo menos que deben respetar. Y el enojo de los que no nos acompañaron y que suman y no son el enemigo, también. Está claro que ustedes no fueron derrotados, que los que nos comimos el garrón somos nosotros, el 30 por ciento, los cinco millones, disculpe señora presidenta, los cinco millones que nos quedamos por mérito propio y no por la calidad de nuestros dirigentes. Fuimos muchos más, recuerde, señora presidente.
Lo que debe ser es que en estos dos años que vienen, más que la ayuda que le ofrecen los que quieren restaurar las desgraciadas políticas del conservadurismo, es que usted se saque de encima la “desayuda” de los que contribuyeron a la derrota electoral y a la demolición espiritual del proyecto que la inmensa mayoría de los argentinos abrazamos hace sólo seis años.
Veo que el ex presidente Kirchner asume su responsabilidad. Pero no veo a nadie más mandando la cartita, no veo a nadie más haciéndose cargo. Observe señora presidenta como son de miserables. Dese cuenta que allí, en esos espíritus paupérrimos, transcurren las razones de el estado actual al que han arrojado a su gobierno, que es el nuestro, a pesar de las distancias que esos tipejos le ponen al pueblo.
Es gente sin causa señora presidenta, con lo que no se trata de hombres ni de mujeres valederas, según sabemos los peronistas. Se trata de truhanes módicos, de fulleros acomodables, versátiles. Sáquenoslos de encima, por favor, señora presidenta.
Porque ahora le van a decir que el voto viene por derecha. Se da cuenta señora, por derecha, ahora que el mundo se vuelve a la fuerza peronista, ellos le van a decir que la salida viene por derecha. Por allí viene el voto; eso le van a decir.
Por eso será fácil detectarlos. Como en la película “El Padrino”, de manual, los que le vengan a decir “el voto viene por derecha”, esos, esos son los que paren la traición.

Tato Contissa, el Lunes, 29 de junio de 2009 a la(s) 23:14 ·

Al llegar

Todos los espacios y los tiempos que no hayan coincidido
Las oportunidades dispersas
Las diferencias del dolor y del trillar de la risa
Todas las angustias aquí y los festejos de otra parte
Cada una de las ingratitudes y los cientos de lealtades
Las penas apagadas y las euforias sudorosas
Las plumas de los sueños y las guerras de las rocas
Los milagros y las derrotas previsibles
Las angustias y el estrellar de copas
Todo será un instante fundante rompiendo los relojes
Todo será un segundo de viento vigoroso
Todo será un diástole de lunas en los soles
Todo será un destello cuando me encuentre con tu boca
Tato Contissa, el Domingo, 28 de noviembre de 2010 a la(s) 19:45 ·

Alguien tiene que decirlo… y como siempre…

Hace seis años publiqué un trabajo que me llevó siete: Exhortaciones ante la Muerte del Periodismo, bajo el nombre de fantasía “Salven a Clark Kent”.

Allí se acuñaron ideas frases que hoy se usan con gratuidad de royalty como “periodismo hegemónico” o “sistema mediático concentrado”.

Sin embargo, nunca en todo el texto, hubo un planteo que se asimilara a una guerra interna entre grupos de empresas periodísticas, que es lo que se está dando, con la necesidad desesperada del Monopolio Clarín y  la especulación de un grupo de empresas disputantes de ese imperio con alianza táctica al Gobierno Nacional.

Todas esas empresas, hoy pro oficialistas, fueron partícipes del aquelarre post menemista de la Alianza consiguiendo perdón en la ignorancia y el descuido que los gobiernos peronistas suelen tener sobre los asuntos de la política de los medios y la gestión cultural, complejo de inferioridad que trato en otro lado.

Así las cosas, tropezamos hoy con la proscripción del peronismo en todos los medios del Estado, ya que no puede pretenderse que los medios de gestión privada abriguen a esos incordios que suelen tener palabra para lo que piensan mucho más que para lo que necesitan. De manera que podrá quien quiera revistar todos y cada uno de los segmentos periodísticos del espectro estatal de medios sin poder encontrar a ningún hombre que curse el peronismo siquiera culturalmente. Estaría mal si se tratase éste de un gobierno de otro signo, pero resulta horrible cuando es, como le es, de un auténtico gobierno peronista.

Bueno sería que pudiera argüirse la poca calidad de los profesionales que este cuño ideológico (digo el peronismo) puede ofrecerle a los medios, pero vista la lista de personalidades anodinas, profesionalidades chatas, y figurones de cartón piedra que ostenta la otra parte del espectro, ese argumento no puede lograr siquiera el asomo.

Muchos argentinos se sorprenden hoy con el supuesto trastorno de la posición de algunos periodistas venerados años atrás. Digo Lanata, Tenembaum o quien quiera que diga.  Se asombran de verlos jugados a favor de los monopolios, aún poniendo en duda sus convicciones democráticas y los blasones logrados “cuando era muy fácil hacer de progresista”. Prepárense todos a cualquier otra destreza de equilibrio del nuevo oficialismo si se llegara a dar la desgraciada circunstancia de una derrota electoral el año que viene. Ahí sí, comenzarían a vivir de periodismo pseudo opositor, revestidos de toda independencia como garantía de la diversidad del nuevo espectro y, las nuevas voces aparecidas al calor de estos días iniciales de la nueva ley de servicios de comunicación audiovisual, pasaríamos a habitar las catacumbas, una vez más. Porque claro, nosotros no cruzamos la calle, porque somos adoquines de esa calle, severos de convicciones y resignados a ser lo mejor de la historia o no ser nada.

Que eso no pase, es mi deseo. Pero mi deseo cumplido no va a evitar que se frustre por enésima vez la democratización de la palabra pública. Si lo que debe ser una apertura se convierte en el negocito de un par de productoras a favor del atontamiento que muestra la política de comunicación, estamos fregados. Muy fregados.

Tato Contissa, el Martes, 12 de octubre de 2010 a la(s) 23:16 ·

Andares compañeros

Yo no invito pero invito

a andar sin peros

compañera compañero

con el cansancio en ritmo

y el redoble de todos los pasos que se dieron.

Porque antes que nosotros estuvieron.

La marcha es ancha y el sendero angosto

como un desfiladero.

Son los riesgos de la historia

que se escribe sobre el suelo.

Me devoro los miedos mientras ando

y a todos los amores me los bebo

y solo necesito de tu marcha antigua

y contigua compañera compañero.

Marcha de  pueblo si las hay de viejas

de pueblo que no ceja y anda

cargándose los tiempos a la espalda

y cantando por delante de las rejas.

Libre de libertados conseguidas

por el amor y el imperio de la lucha.

Mucha libertad y digo mucha

porque decir toda no me alcanza

el pueblo avanza con la fervorosa furia de la vida.

Yo no invito pero invito a hacer destino

Necesito tus pasos marcándome la marcha

Compañera compañero sin demora

Miremos juntos y hagamos el camino.

Tato Contissa, el Martes, 18 de enero de 2011 a la(s) 0:33 ·

Ante tanto lameculos

Sergio Massa desnudo en sus convicciones por las infidencias del Wikyleaks, Alberto Fernández fotografiado una vez más con los factores de poder que lo sostuvieron en un cargo desde el que erosionó el poder del gobierno, Martín Lousteau principal responsable del mamarracho original de la 125 cuestionando la política económica del gobierno más exitosa que nunca. La lista se engrosa con tipejos curioso como Torcuato Di Tella, o algunos que no hablan pero se alían con el enemigo en el terreno de los negocios. No hay duda, la entereza ideológica de una gestión es directamente proporcional a la cantidad de traidores que es capaz de generar.

Como contrapartida otros se van del gobierno en silencio respetuoso y con la consideración de todos los hombres y mujeres de buena fe de adentro y de afuera. Bielsa, Taiana, para normar solo a algunos.

Es curioso que los más insignificantes sean los más traidores, esa es una relación que no alcanzo a poner en ecuación debidamente. Pero un cuatro de copas como Fernández, solo existente a partir de Kirchner, o un tecnócrata de vigésima línea como Lousteau, o un cajetilla trepador como Massa, seres de oscuras trayectorias se presentan como los más comprometidos con la insidia, la mendacidad y la rosca destituyente.

Para tener en cuenta, para que la presidenta tenga en cuenta, porque el costo político es de ella pero el costo social e histórico es el de todos los argentinos.

A este tipo de canalla no le interesa en absoluto otro destino que el de sus insignificantes vidas individuales. Siempre conviene detectarlos a tiempo.

Me tomo el trabajo porque tenemos un periodismo oficialista muy elegante cuando no timorato a la hora de poner estos puntos en papel, y contamos con unos intelectuales adeptos al gobierno que no quieren cruzar rubicones y entrar en la ciudad de la discusión armados. Yo no soy tan periodista como los primeros y he trabajado el pensamiento argentino como propio más que los segundos, de manera que soy el que se pone.

De manera que mire bien señora presidenta, que sus errores son los nuestros.

Tato Contissa, el Lunes, 6 de diciembre de 2010 a la(s) 21:01 ·

Descubriendo El Colón

Al colón!! Al Colón!! Así canta la tribuna popular consagrando lo que no nació sino a espaldas de lo popular…”El Colón”….. Y contra ese desprecio e invisibilidad institucionalizada igual, este pueblo generoso fue capaz de una admiración apropiada sobre algo que le era vedado…ajeno…impropio…. prohibido. La impronta de las patas en la fuente del 17 es siempre referida al revés, porque la irreverencia estaba instituida por las rémoras del país del centenario, toda vez que los cabezas no podían circular por las zonas “blancas” circunscriptas de la ciudad. La indumentaria era entonces la excusa para implementar el derecho de admisión a todos los paseos citadinos que habían sido construidos o remozados para el Centenario. De allí lo revulsivo de los descamisados.
La verdad es que la primera noticia de un artista popular que haya pisado el Colón es la de la Negra Sosa en los albores de la democracia recuperada.
Y la pregunta cae desde su peso no asumido…. ¿es el Colón un emblema de la argentinidad?….y de cual argentinidad? …la del centenario?…
En el centenario el proyecto de la Argentina pastoril y del modelo agroexportador satelital a la política británica en el mundo hacía su autoglorificación. La prensa, la escuela y la tribuna afianzaron la idea de eternidad de ese diseño.
Los fastos del Centenario fueron con todo el oropel imaginable. Esos festejos y su relato, constituyen la consagración misma del modelo político, económico y social de la “oligarquía vacuna”. Un país que alcanzaba el “éxito” sobre la base del fraude electoral, la democracia ficticia, y la resignación de un desarrollo propio al modelo económico de Gran Bretaña debía sostener y profundizar su sistema consagrándolo ritualmente.
Veinte años después, la indignidad y la pequeñez de ese destino pretendido se derrumbaban para siempre. En 1930 la el proyecto colonial queda sin destino y solo atina a colgarse de la mustia teta del imperialismo decadente en posiciones oprobiosas como las que emblematiza el tratado Roca-Runciman .
Es el Colón emblema de eso?
O la voz de las multitudes la ha puesto en un sitial de excelencia para todo lo que sea argentino motivo de orgullo? Al Colón!! Al Colón!! Para Gardel, Maradona, Fangio…Leloir… o ese del barrio que nos hace a todos los del barrio sentir que el barrio es una usina de talento y de belleza.
Y viste como son las cosas no? Una pregunta trae a la otra y así…a otra que no se pensaba podía ser preguntada…¡Es la argentinidad de mayo la misma que la del centenario? A cuál de las dos se parece más ésta, la de ahora, la argentinidad del bicentenario?…. una Argentina que se piensa para todos los argentinos y para Amèrica Latina.. ¿cuál es más al palo…para parafrasear a la Bersuit?
Y el Colón….a cual de las tres argentinidades le corresponde ser emblema?
Mucha pregunta para un país que, a veces, se tapa los ojos de banderas para no ver al país real.
Lo bueno de la Argentina de hoy es que es la que es…y se promete como hacía tiempo que no se prometía, ser la que queremos ( al menos las mayorías) la que debe ser.
Pero habrá que hablarlo…habrá que animarse a hablarlo…porque, mal que nos pese somos occidentales en una gran parte….y lo mismo indios…por lo que la palabra….desde el principio mismo del mundo, la palabra…es lo que nos va a salvar…
Por eso yo no iría al Colón hasta tanto no se me aclare de qué Argentina quiere ser emblema.

Tato Contissa, el sábado, 22 de mayo de 2010 a la(s) 15:05 ·

Desde una pampa de cruces

Trabajo dando mis impresiones sobre lo que ocurre en tanto cuento lo que ocurre, a mi manera, con mis miradas sesgadas y mis limitaciones y talentos. No transfiero realidades ni las impongo a las audiencias. Soy periodista, un trovador desafinado del siglo XXI. La profesiòn a la que adscribo a mutado a un hato de pistoleros que, con el taco de la bota puesto sobre el cadàver del periodismo, simulan la santidad donde hay prostituciòn, verdad donde mendacidad, justicia donde impunidad, abnegaciòn dònde mesquinos e inconfesables intereses.
Feliz dìa del periodista….sobre las cruces de su cementerio.

Tato Contissa, el sábado, 5 de junio de 2010 a la(s) 16:42 ·