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Peronismo marinero

No sé quién puso el metro en la bañera pero lo que estamos tratando de medir es agua. Quiero decir con esto querido Artemio que la categoría “instancia superadora” es una categoría incapaz de mensurar procesos políticos en America Latina en general como en la particular Argentina de estos días.

Y en ese sentido, tempranamente, debo descalificar a los dicentes de la cuestión “ El kirchnerismo es una instancia de superación del peronismo”. Creo que se trata de las ilusiones de viaje que sufren aquellos que por primera vez suben a bordo de un transatlántico. Son experiencias de tierra que obnubilan cuando se encara la extensión extasiada del mar. Pero qué te voy a contar a vos Artemio!. Dejá que te acompañe y se lo cuente a otra gente.

Es que hay otra, gente honesta viviendo la experiencia de entrar al peronismo por la puerta del kirchnerismo, que no advierte que el kirchnerismo no es el barco, sino la puerta. Esta puerta. La puerta que se presenta en este momento de la historia.

El kirchnerismo está en el barco porque los Kirchner son peronistas, un detalle que no debería olvidarse con tanta necesidad  disfrazada de elegante liviandad, para caerle a toda la gente con noticias que no anotician, sino que confunden.

El peronismo no puede ser superado, no porque sea mejor o insuperable, sino porque no está en la dimensión de lo que transcurre en el espacio o el tiempo de la superación. El peronismo es un gancho de izquierda al hìgado, o la carrera de los últimos quince metros antes de entrar al área, antes del zapallazo que termina en gol o en la calle.

Por eso es el gol de Maradona, el Sermón de la Montaña, las recetas de Mahoma o la ópera italiana…es decir esa originalidad que nace del requerimiento histórico destinado a cumplirse como una promesa a la vez inexorable y heroica. En ese sentido, Perón es una consecuencia del peronismo, aunque en la secuencia temporal haya sido el actor de la causa.

Como verás Artemio, no estoy apurado ni urgido y trato de reflexionar sin las premuras de la trinchera. Ya estamos lo suficientemente grandes como para saber que los amores de los ochenta son flirteos vanos si los comparamos con las pasiones setentistas. Y peor: huelen a cala si los comparamos con el ardor de preguntas de los pibes del siglo XXI.

De manera que yo advertiría, antes de seguir hablando, que más explicaciones debería darle al pensamiento argentino el antiperonismo venido a marinero, que el viejo navegante que se pretende dar por superado.

(Artemio es mi admirado Artemio López )

 

Tato Contissa, el miércoles, 29 de septiembre de 2010 a la(s) 0:25 ·

 

No somos Roma ni pagamos traidores

Ganar y ganar muy bien es una tarea, una necesidad, un imperativo histórico. Pero ganar no puede ser una razón para cometer errores y faltarnos el respeto. El 29 de junio de 2009 hubo gente, de alta investidura en el gobierno, que cruzó el Rubicón armado y a favor del enemigo. Tranzó con Clarín, dijo que la Ley de Medios se llevaba puesto al gobierno, antes había entorpecido todo el trámite de la 125, y después se paseó por los canales de la derecha a graznar en contra del Gobierno Nacional avalando la teoría de la crispación y desmereciendo la acción transformadora de la realidad argentina llevada adelante por CFK.

En estas horas, estas ratas están vadeando el río a favor de las proyecciones que las encuestadoras le dan a la presidente y al proyecto.

Yo no me voy a hacer el pelotudo fingiendo  que no los veo.

Y atiendasé a las razones: Es por lealtad…la bronca es por lealtad.

Tato Contissa, el Lunes, 7 de febrero de 2011 a la(s) 21:13 ·

Proyecto, temperamento y Conducción

He leído con detenimiento el artículo de Jorge Rulli del pasado 5 de julio y que fuera “publicado” en su programa de los domingos en Radio Nacional.
No intento refutaciones, correcciones ni aprobaciones innecesarias, un tanto por respeto y afecto al autor, otro tanto (y esto quizá se entienda mejor al final de esta exposición) por metodología.
Sucede que me resulta más valedero lo que provocan sus dichos que el propio contenido de los mismos.

Forzar la historia es ilusorio, pretencioso y estéril. Lo más que se puede en esos arrojos es ridiculizarse al límite de la historieta (¿comics?) o acanallar historias emblemáticas de la historia verdadera.
Los grandes hombres que salen de los grandes pueblos nunca han cometido este error equivocado, padre y madre de todos los errores; el de querer torcer, desviar, detener o violentar el curso de la historia. Esos hombres, desprendidos de todo lo fatuo en cualquiera de sus formas, han conducido ese curso por capacidad de temperamento.
El tiempo en el que se desarrolla la vida humana tiene su topografía: ellos, los hombres y mujeres de los que hablo, saben verla. La secuencia de hechos tiene actores, velocidades, giros, ellos saben preverlos. Esos tipos no se confunden de rol, perciben que su acontecer es circunstancial a una realización superior que depende de ellos en una medida insoslayable, y comprenden que ese es su sólo mérito y su carga irrenunciable.
Para afrontar una sucesión de eventos de tal envergadura histórica hace falta un temperamento especial, una inteligencia acorde y una idea épica del sacrificio.

La noción arquetípica de líder es del siglo XX, pero la última década del mismo degeneró la palabra en su aplicación a vendedores de detergentes, pastorzuelos de iglesias metastásicas, gerentes y presidentes del tercer mundo en tránsito imaginario al primero, con lo que se ha desmerecido de forma terminal. Se prefiere por esas razones la idea de “conductor”, elegida (ahora pienso) no de manera casual por el propio Perón. Conducir es un verbo que reconoce la existencia de algo conducible, por lo tanto organizado, con un fin que no determina el que conduce sino que, por el contrario, determina las condiciones indispensables de quien habrá de ser su conductor.
Si analizamos los últimos treinta y seis años políticos de la Argentina no vemos de esos navegantes.
Tal vez la desvaída identidad de los fenómenos posmodernos tenga que ver con esas ausencias, haciendo que lo que emerja políticamente sean especies acordes a la insustancialidad de estos tiempos. Quizá entonces debamos conformarnos con disminuidas versiones de conducción siendo que el getho de la política prohíja solo formatos raídos y mediocres. Baste pensarse en algunas de las figuras que tocaron la cúspide de la dirección republicana en la Argentina finisecular.

Sin embargo, pese al deshilache, creo que este no es cualquier momento de nuestro ser histórico, que no estamos transcurriendo una meseta de intrascendencias sino que, por el contrario, este es un tiempo de cambios esenciales.

Entre 1976 y 2001 a la conciencia colectiva de los argentinos le pasaron una triple amoladora: el terrorismo de Estado, el terrorismo mediático y el terrorismo económico. El resultado era previsible, la mayoría terminó insensibilizada políticamente por temor, asco, desprecio o defraudación, especialmente los sectores medios, que son ontológicamente volubles, variables y acomodaticios. Pero la tarea les llevó 25 años.
El 2001 fue un regurgito histórico del que sobrevinieron siete años en los que la triple amoladora se detuvo, o al menos aminoró su acción. Ese corto lapso regeneró una red en donde la militancia social y política, en defensa propia, resurgió del desierto ceniciento de la tercera década infame.
En sólo cuatro años, “patria”, “compañero”, “liberación”, volvieron al léxico de la calle retoñando en las voces de los más jóvenes, mezclándose con las emociones de las segundas oportunidades que avizorábamos los que pasamos los 50 y dándole a la política un color remozado.
Si de este magma no salen conducciones con los temperamentos requeridos todo habrá sido una ilusión, el desierto posmoderno nos habrá creado un espejismo. Yo no lo creo. Hay que esperar la madurez del tiempo. ¿Cómo? Con actitud atenta y militante, cuidando y mejorando el clima institucional. No dejando que la política vuelva a recluirse en los arquetipos de los gerentitos. Tejiendo redes políticas que contengan la impiadosa realidad social de los siempre postergados.
Profundizar la organización hará emerger conducciones para realizar el proyecto. La fe es tan grande que no tengo lugar para la duda.
Podemos enojarnos, dolernos, desanimarnos, putearnos. No podemos abandonar.

Tato Contissa, el jueves, 16 de julio de 2009 a la(s) 15:23 ·

¿Qué dicen ustedes?

No sé que pensarán ustedes y me interesa. Sé que hay estúpidos por doquier y que pocas veces pueden ser interpretados como emergentes de otra cosa. Y esta es mi duda.

Ayer lunes cenaba con mi hijo y un amigo en un restaurante de Centenario. En la mismísima esquina un hombre es arrollado literalmente por un automóvil. La situación consternó a todo el mundo como es de imaginarse. La policía presente en el lugar actuó de inmediato avisando a quien tenía que avisar. SAME y 911.

Dentro del restaurante un individuo empezó a putear contra el kirchnerismo aduciendo que hacia no sé cuánto tiempo que quería comunicarse con el 911 y nadie lo atendía. Y que siguiéramos votando a esos inútiles, etc., etc. Varios le dijimos que era entre un desubicado y un pelotudo. No doy más detalles pero terminó a las trompadas, como es de imaginarse en estos casos.

Mi pregunta es: ¿Se trata sólo de un estúpido? ¿O es que han logrado instalar un estado de ánimo a través de los medios? Lo curioso es que la mayoría de la gente repudió la actitud del tipo. Les dejo la inquietud y me interesa de verdad saber lo que piensan, aunque el relato se malo.

Tato Contissa, el Martes, 11 de enero de 2011 a la(s) 11:19 ·

 

Yo digo… y es sólo un decir

Pero yo digo que te jugaste esa ficha haciendo que no era la última…

Sabiendo de saber que uno no es,

Que lo que es, es algo que no es uno…

Yo digo eso, y no me equivoco si miro el fondo de tu muerte y su sosiego,

 y si veo las fauces pobrísimas de los odios que creaste…

En realidad no se trata de odios nuevos

El odio es tan viejo como la misma muerte

es odio antiguo y avivado por esta brisa de victoria

que asoma estos tiempos los que somos parte.

Pero era tu ultima ficha…y la jugaste

 

Ay loco de la buena mierda

Que manera de decirle a esas mierdas de la mala mierda

que el corazón del pueblo mueve corazones

Y que el tuyo escuchó la música

Y tembló sin cortapisas.

 

Hay en la calle una misa estruendosa

de corazones rojos de canciones.

Las vamos a cantar en tu mujer,

esa mujer tan nuestra y heredada.

para preñar futuros de oraciones.

Porque vamos a ganar con esa ficha de muerte que jugaste

haciendo como si no se tratase de la ùltima,

como si esa ni fuese la que te quedaba

como si la victoria fuese inexorable

y el universo fuese peronista.

 

En el final de la historia

Hay un loco mejor que la locura

 

Tato Contissa, el jueves, 28 de octubre de 2010 a la(s) 1:56 ·

Razón y Causa para el Uruguay

El presidente del Uruguay, José Mujica, declara sin causa. Con el acento intencionado de algunos medios del neoliberalismo argentino y el soslayo obligado de la diplomacia, los dichos del veterano mandatario no dejan de ser una provocación al pensamiento.

Podría decirse que tiene la picardía del truco, sino fuera que desde 1930 el Uruguay no juega a nada por los porotos, cuando dejó de valer como trebejo en el tablero imperial británico. La traición histórica a Artigas, traición a dos orillas bien cabe recordar, se extiende en la política oriental con pertinacia hasta nuestros días, pudiéndose decir sin pecado de desestimación que el ex Tupamaro es, sin dudas, un presidente uruguayo más.

Es que el Uruguay no tiene causa, toda vez que nunca pudo abrazar la causa integral latinoamericana de la que fue parte Artigas. Y en esa frustración original, que es parte de toda nuestra frustración, reside su deambular constante más allá del color político que lo conduzca.

Evo Morales es un gran presidente porque tiene causa para Bolivia, su integración política y social. Su país es más pequeño y más pobre que la tierra cisplatina, pero su comprensión del presente le hace valer la causa y lo pone como un articulador indispensable en la región.

Parece que Mujica ha preferido “hacer la diferencia” coqueteando con los que necesitan que el proceso político de América Latina se detenga. Con Tabaré inclusive, el Uruguay hizo como si el ALCA no hubiese fracasado, y ahora observa con mirada cansina e indiferente las corrientes integradoras que conmueven a nuestros países.

El presidente Mujica dice lo que dice entonces, porque declara sin causa que es, en este lar del planeta, como declarar sin razón.

Tato Contissa, el Viernes, 12 de noviembre de 2010 a la(s) 14:45 ·

 

Tan cerca

Debería callar de vos

de vos debería callarme

Pero en lo que callo, al solo callar me hayo invadido

Venis expulsada de todo cuanto de vos ignoro

(Que para quien sabe poco es todo)

e integralmente soñada por mi sueño.

Dueño de mi dolor y de mi alivio

navegándome te encuentro

en aguas mías recientemente descubiertas.

Hay una sonrisa de bandera que te destella y achina la mirada

y es todo el material  para esa puerta que quiere abrirse de mañana

Esa yaga que duele (paso el dedo del amor sobre su marca vieja)

se sabe muerta (palpo el fluido del ayer bajo su muesca)

mucho más que muerta

cuando te ve tan cerca.

Tato Contissa, el Viernes, 3 de diciembre de 2010 a la(s) 13:51 ·

Tragedia Griega

Las imágenes televisadas muerden desde la memoria de diez años. Grecia es la actriz de la turbamulta, la calle ensangrentada y el dolor de finales. Buenos Aires lo fue, nos lo fue, por cierto lo fue. Sabemos pocas cosas por nuestra cuenta, esa la sabemos.
El héroe griego es un ser que empeñado en huir de los designios sólo hace cosas que obligan su designio. Todo lo que intenta, para evitar lo que le ha sido prometido, no hace más que consolidarlo, afianzarlo, finalmente cumplirlo. Edipo huye de su lar para no enamorarse de su madre y no asesinar a su padre, ambos queridos con el corazón del hijo. Pasa la frontera paisana sólo para enamorar a su madre y asesinar a su padre, sin saber que lo fueran.
El Parlamento griego acaba de aprobar el ajuste, que es la manera que el capitalismo trágico de los países periféricos tienen de enamorarse de su madre y asesinar a su padre.
En el país de diez años después Melconian o quien fuere hace la estupidez a tanto por palabra. Grecia, dice, contagia. La víctima del contagio es la contagiosa. Europa y EEUU hacen el salvataje: 720 mil millones de euros para salvar el euro, para salvar a España, a Gran Bretaña y en última instancia a los EEUU. Occidente tapa con ajuste y sangre lo que no puede curar. Los ajustes nunca le han servido a los países, solo a la cadena de la especulación financiera. La presión sobre los griegos será terrible.
Grecia abraza la daga que lo apuñala y cumple, con la muerte en la calle, la consagración de la tragedia.

Tato Contissa, el Lunes, 10 de mayo de 2010 a la(s) 8:54 ·

Un Lanata más

A este libro no le dio pelota nadie. Adelantaba cinco años el interés que hoy es interés generalizado: los medios, lo periodistas. Habla de tipos que en ese 2005 eran Vacas sagradas, aún para el gobierno. En estos días me da ganas de republicarlo por este medio en forma fragmentaria….y no me voy a quedar con las ganas.

Acá va otro pedacito…..

«

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Claro, yo no me puedo ir a Miami. –

La insólita declaración salió de su menuda boca, un surco  declinante e insatisfecho sobre – paralelo al mentón perdido en la  creciente papada. Lo dijo frente a la aquiescencia de sus compañeros de trabajo con o sin micrófono, con o sin cámara, y frente a la teleaudiencia de América 2 siempre regocijada con el variable clima de denuncia que Jorge Lanata le sabe imprimir a sus programas.

El tono era el de la enunciación familiar y callejera que ayuda a describir el estado en el que se encuentra en la Argentina la juventud de las clases medias:

– No tengo una moneda.-

Sin embargo, casi siempre merecido, Jorge Lanata es uno de los periodistas de mejor cachet de la televisión argentina, sin contar que sus emprendimientos editoriales han sido siempre exitosos y de gran facturación constituyéndolo en un Midas de la prensa, capaz de convertir en oro cada empresa tocada. Eso debe ser comprobable pues la parte del mundo que se dice todo el mundo lo dice.

Lanata prefiere sindicarse como un desposeído por sus aventuras empresarias, seguramente consecuencia de los poderes que enfrenta desde sus páginas, sus cámaras  y micrófonos que a pesar de la magnitud del enemigo no les son vedados. La mayoría cree empero que es falsa modestia.

Lo que esa parte del mundo, el mediático, dice saber y nunca comprueba es el de unas supuestas relaciones históricas de Lanata con fuertes personajes de la corte menemista. En especial el rumor lo vincula desde la época de Página 12 a Alberto Kohan. La relación parece no centrarse en afinidades ideológicas ni, evidente, en convergencias generacionales. La “especie” circulante asegura que se trata de relaciones de dinero y de política.

Cuando Lanata regresa por primera vez a la TV luego de un fracasado intento de saltar a canal 9 es enero de 1999. Imprevistamente, las negociaciones trabadas que prácticamente fueron vividas como una forma velada de censura por toda la audiencia fiel comenzaron a discurrir por una pendiente favorable. Ese alejamiento de las pantallas había dado origen a la revista XXI en donde Lanata cavó su nueva trinchera.

Se había dicho antes que Eurnekián había dificultado el retorno de Lanata  a América por pedido de Menem y que el pago obtenido por el empresario había sido los aeropuertos. Fue tan creído como imposible de probar. Tan insinuado como falto de corroboración. Tan comentado como desproporcionado. Ahora, en los ámbitos acotados de los medios la versión era inversa: Lanata regresaba por la puerta de Eurnekián, a pedido de Menem, a cambio de cumplir un objetivo relativamente sencillo: contribuir a la crucifixión de Eduardo Duhalde.

Menem sabía que un eventual triunfo de Duhalde en las elecciones de ese diciembre próximo implicaría su alejamiento de la política por 8 años. El cálculo era de la inteligencia sencilla del riojano: si Duhalde hacía un buen gobierno se quedaba otro período, si hacía uno malo le tocaba a la Alianza. En cualquiera de los casos Duhalde debía perder, De la Rúa y la Alianza debían ganar para que Menem esperara sólo el tiempo que podía esperar: el 2003.

Cuando se produce el primer regreso de Lanata en estas condiciones varios de sus colaboradores recibieron la chanza: “¿qué se siente trabajar para Menem?  La especulación secreta a voces decía además que la operación había sido realizada por Alberto Kohan.

Sea por falsa o por perfecta la versión no llegó a trascender la frontera de los medios. Si bien se dice que Hadad estuvo tentado, jamás se atrevería a denunciar una supuesta operación de Menem.

Ocurrió lo mismo durante el segundo regreso. Allí se comentó una ayuda económica de Kohan para cubrir una deuda que Lanata sostenía con América y que lo ponía en serias dificultades de negociación. También corrió el rumor de que la deuda a la que habría contribuido Kohan  a saldar era estrictamente de Lanata, contraída con la Revista XXII, Zona 54 , Ego y su nivel personal de gastos.

Antes se había producido su viaje – cura a los Estados Unidos y a su regreso, munido de más kilos y más enjundia, Lanata destruyó todos y cada uno de los escollos que lo separaban de su público y su pantalla, varios de ellos propiciados por alguno de sus más destacados colaboradores: Vertbitsky, Caparrós.

Superada la crisis y muertas las rebeliones Lanata se entronizó delante de “Detrás de las Noticias” sin que nada de lo que podía heder llegara a la superficie de las audiencias.

Pero en la semana previa al encarcelamiento de Carlos Menem, el programa de Lanata produjo una contorsión inesperada hasta por sus propios seguidores. De pronto, corriendo el foco de la noticia, el juez de la causa que investigaba al riojano, Urso, pasó a ser un investigado por Lanata tanto por ser un “juez de la servilleta de Corach” como por presunto enriquecimiento ilícito.

Si lo hubo, el operativo fracasó en dos sentidos: Menem fue preso, y el movimiento puso al programa en la línea de la sospecha, por primera vez, frente a su propio público. Tanto fue así que la mesa editorial debió recurrir a un slogan “autolimpiante” con el que se apelaba a la confianza histórica del público: “vos sabés de qué lado estamos”.

Se advierten claramente las contradicciones que plantean estos rumores: si Lanata es tan vulnerable al oro de las campañas ¿qué necesidad tendría Menem de pagar tan caro una operación sobre Eurnekián, nada más y nada menos que con los aeropuertos? Como dijimos: una desproporción.

Pero lo que importa es que si cierto o falso, el rumor no contó con el tipo de tratamiento que la prensa contemporánea, incluido Lanata, da a los rumores o trascendidos, es decir hacerlos públicos. Porque así es la costumbre aún cuando la escuela clásica del periodismo manda a investigar las versiones antes de ser publicadas. Esta  inmunidad, la de no publicar rumores sobre periodistas, es todavía una prerrogativa que tiene los hombres de prensa entre sí, parafraseando el adagio de los bueyes.

 

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Tato Contissa, el Lunes, 4 de octubre de 2010 a la(s) 22:41 ·

Un poco de felicidad sin codificar

TyC, en realidad TSC (Televisión Satelital Codificada), le está tirando barro de tambo a la opinión pública en la cuestión del fútbol televisado.
La desesperación por la pérdida de un negocio multimillonario ha puesto al “grupo” Clarín en pie de guerra. Durante el fin de semana, el presidente de TSC, Marcelo Bombau, se prodigó frente a cada solicitud de la prensa, propia y extraña, en el afán de imponer el temperamento de la opinión pública en torno al caso. Con tono lastimero, y harta disponibilidad de la corporación mediática, el CEO narró los pormenores de la traición y se interrogó respecto a si el Estado nacional no tenía otros temas de mayor importancia y mejor pertinencia de los cuales ocuparse.
La idea poco encubierta de esta versión cana y sin tatuajes a la vista de Francisco De Narváez, es que el Estado habrá de subsidiar el fútbol por un monto mayor al auxilio otorgado a los tamberos, por caso, y que persigue con ello fines de mera demagogia mezclados a los rencores que el gobierno tiene con la prensa libertaria de Clarín.
La realidad se presenta como muy otra, la AFA prontamente va a exponer los números reales y, más allá del crédito que se le pueda otorgar a la fuente, hará más visibles las grietas de la versión empresaria. Para empezar, los derechos al exterior, la distribución y el negocio publicitario arrojan un piso de facturación de 1200 millones de pesos, los que significa duplicar el monto que se especula pagaría el estado argentino a la AFA por los derechos de transmisión. Este número es más de cuatro veces la cifra que percibe la entidad por parte de TSC.

Recordemos que, una semana atrás, el hombre de hierro de la AFA, Julio Grondona (por entonces reputado de experiencia y capacidad de manejo y gestión por los mismos que en estas horas lo comparan con Frank Nitti) había recibido una respuesta dura ante su solicitud de auxilio económico para las entidades a fin de que comience el apertura: “Esta vaca lechera no da más, no podemos hacernos cargo de las malas administraciones de los clubes” dijeron, y se plantaron en los 268 millones de pesos que oblan por los derechos exclusivos. Derechos exclusivos que ponen de espaldas a las canchas a los televidentes del cable que no pagan el codificado.

Mi vecino Artemio López me advierte desde su blog que “la posibilidad de acceder gratuitamente a la televisación del fútbol, es particularmente beneficiosa para los segmentos pobres ( 30% a nivel nacional y 40% en menores de 15 años) y en especial la posibilidad de seguir en directo a Boca y River, dos eternos codificados.”
Como todo sociólogo cuadrero y grafiquero Artemio nos informa que “ si hubiera fútbol gratuito el acceso a los partidos de Boca y River beneficiaría al 80,8% de la población pobre a nivel nacional, cuyas preferencias se dividen entre ambos equipos y no disponen de ingreso para pagar el abono al codificado.”
Sé que una ganancia para el Estado argentino de seiscientos millones de pesos no garantiza la grandeza de la patria, pero los números de Artemio parecen arrimar buenas razones para imaginar un poco de felicidad al pueblo.

Tato Contissa, el Lunes, 10 de agosto de 2009 a la(s) 19:04 ·