El coraje y la pasión de Tato Contissa

Por Alberto «Beto» Asurey (Periodista, publicista, cantante, poeta y autor) el 27 de enero 2012.

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En los mostradores, las mesas de redacción, en los estudios de radio, en los bodegones y en cada uno de nosotros va a faltar desde hoy la ternura, la iracundia, el coraje y la pasión de Tato Contissa.

Se nos fue el Tato y con el perdemos un Argentino y un Peronista de los que ya quedan pocos.

Independiente pierde un hincha furioso y el pensamiento nacional un hombre que no midió riesgos en la defensa de la Patria.

Compartir con Tato una conversación obligaba a quien participara en ella a ir al caracú de las cosas.

Ser prudente o especulativo era peligroso si el interlocutor era Tato.

En cuanto descubría que uno estaba calculando o ahorrando coraje era inmediatamente mandado a la mierda sin más miramientos.

Desde los primeros tiempos de la revista Movimiento hasta las últimas  ediciones de “Condenados al éxito” y “Días como flechas” Tato siempre fue Tato.

La estéril discusión entre periodistas independientes y periodistas militantes siempre le resultó digna de desprecio.

“Acá no se trata de militancia o ecuanimidad, acá se trata de ser digno y verdadero, o ser un cagatintas y un cipayo”. Así de simple eran las cosas para Tato.

Perro adentro o perro afuera.

Dejó obra como para hacer dulce.

Fue ensayista, poeta, novelista y escritor de guiones cinematográficos.

No hay que raspar mucho para encontrarlo en sus trabajos. Hoy  muchos de los que se le atreven a Clarín y a la corpo periodística, tomaron prudente distancia de Tato cuando escribió “El juego del  ahorcado” y “Salven a Clark Kent”.

Solo con los cojones de Contissa se podía pensar en meterse con empresas periodísticas  y periodistas empresarios que hacían gala de su poder y su decisión sobre vidas y hacienda en la Argentina de fines de los noventa y principios del dos mil.

En sus “Macanas Puras” el Tato feroz y combatiente de las crónicas políticas dejaba lugar a un aguafuertista amoroso.

El amor a sus amigos, a las calles de Buenos Aires y el Cono urbano, a los personajes que las habitan, a las mujeres que las transitan cobraban toda su dimensión.

Con “A Latina” nos dejó a todos con la boca abierta. En ese ciclo de televisión la poética y el periodismo se juntaron para parir verdades a lo bestia. Como toda la obra de Tato no fue fácil conseguir aire para su emisión. Demasiado peronista decían algunos, muy jugado dirían otros. Y Tato ante esos comentarios como en la segunda parte de Matrix, atacó con la segunda batería de programas con un Contissa recargado.

Si lo buscaban lo encontraban y si no, el se encargaba de buscarlos.

Sus asados eran obras de arte, la terraza de su casa un mirador desde donde se disparaban canciones, charlas, poesías y sueños.

Hoy se fue Tato Contissa, si alguien sabe en qué frecuencia transmiten desde el cielo pasen el dato, ni en pedo me perdería el programón que deben estar armando con el Negro González.

Entre muchas cosas que supimos compartir estuvo el amor y la admiración por Miguel Hernández, entonces Tato acá va mi despedida;

A las aladas almas de las rosas

del almendro de nata te requiero

que tenemos que hablar de muchas cosas

COMPAÑERO DEL ALMA COMPAÑERO.