El asesinato del militante político Mariano Ferreyra, fue a manos de la antipolítica refugiada en las estructuras sindicales de la década del noventa, la miserable condición del sindicalismo surgente a la luz de las privatizaciones, del enajenamiento del Estado y de la flexibilización laboral. Dos estructuras del movimiento obrero resistieron a esa degradación: el MTA (Hoy conducción de CGT) y la CTA. Es decir, el sindicalismo de hoy. Una estructura de generación simbólica, en cambio, sostuvo el proceso de los noventa: el sistema mediático hegemónico detentado a la luz de la ley de radiodifusión de la dictadura y de la concentración en la producción de opinión escrita a partir del fraude de Papel Prensa.
El esclarecimiento urgente de los hechos, de su autoría material, su pergeño político, su instigación, permisividad y omisión culposa, y todas sus derivaciones políticas sobrevinientes, son hoy causa del pueblo argentino.
Todos los que subsuman a sus miserables intereses de cualquier especie esta misión, no importa qué digan y que representen, son infames traidores a la memoria de Mariano Ferreyra y de la patria del que él era parte.
Tato Contissa, el Viernes, 22 de octubre de 2010 a la(s) 23:45 ·