Un asomo y un contiguo enfilan hacia el bar de las insinuaciones
Beben sobrios y muerden la seca galleta de sus eufemismos
La vida se aburre de brillar combada en el verde lomo de las aceitunas
Un bretel tensa la tarde pero ya es tarde para tarde
y la soledad ofrece su colmillo
Sólo queda la promesa de mañana y esa certeza de que no será cumplida.
No hay caso para el amor sin caso
que te anquilosa las ausencias
y te pincha el globo del domingo.
Tato Contissa, el sábado, 6 de noviembre de 2010 a la(s) 19:35 ·